Laura no quiere despertarse. Ayer se acostó tarde por los excesos. Pero está contenta. Acaba de enterarse en el bar de copas donde trabaja en Shoreditch, que hay un grupo que busca cantante. Después de dos años en Londres, ha decidido no perder la ocasión de hacer algo emocionante y presentarse al casting que harán esta misma mañana. ¿Por qué no? Ella lleva componiendo canciones desde q era una cría. Se siente como Ian Curtis cuando se unió a Joy Division: una acción desesperada por liberar poesía…. Se pone en marcha. Coge el bus Nº 11 hasta Liverpool Street Station. Sin quererlo, se le dibuja una sonrisa en los labios cuando se acuerda de aquel chico tan mono q estaba ayer en el bar. Parecía diferente a todos los demás. Sin embargo, jamás se fijo en ella. Tener la cualidad de pasar siempre desapercibida no es siempre agradable, sobretodo en este tipo de casos. Pero eso no le impide estar siempre enamorada.
Baja del tren. Baja del autobús. Él va concentrado en las últimas notas de Love will tear us apart. Ella empieza a preocuparse por si llegará a tiempo. Él se dedica a esquivar al resto de los viajeros de la estación. Ella baja las escaleras corriendo. Apaga el i Pod. Se pone a buscar en el bolso el móvil. Convalidan su Oyster (tarjeta de transportes). Entran a la vez, pero ninguno se da cuenta de la existencia del otro. Bajan las escaleras mecánicas para pillar la Central Line (la línea roja que atraviesa Londres de este a oeste). Ella se sienta a leer el London Paper (ese noticiario diario de la actualidad londinense). Él se detiene a mirar cuanto falta para el próximo tren. Ahí, justo ahí, su campo visual alcanza a la chica de las Vans de colores. Ella se siente observada como pocas veces en su vida, pero no se atreve a levantar la mirada. Él se gira deseando hacer lo contrario. Ella quiere saber quién es. Llega el tren. Se suben. Coinciden en el mismo vagón en asientos que están frente a frente. Se miran pausadamente. Imaginan que hablan el uno con el otro. Se sonríen sin motivo. Incapaces de decir nada. Tres minutos de trayecto y el tren para en Bank. Él debe bajar para coger la Nothern Line (línea negra q va de norte a sur). Ella tiene que continuar su viaje hasta Shepherds Bush. No sabe si bajar del vagón o perseguir a una desconocida a cualquier lugar. Ella se levanta esperando a que el baje primero. Alguien la empuja hacia fuera. Él pretende salir, pero ya le han impedido el paso. Suena un pitido y la famosa frase Stand clear of doors, mind the doors. Ella se queda fuera y él dentro.
¿Qué ha pasado? Durante unos minutos, sus vidas se convirtieron en un auténtico drama a lo Jane Austin. Una fuerza difícilmente irreconocible (a veces) les atrapo de repente, les dejo sin escapatoria, pero les devolvió a la realidad, una que (a veces) no nos gusta vivir.
En definitiva, todos somos víctimas de él una vez o cientos. Nos agota, nos desgarra, nos destroza, nos ilusiona, nos confunde, nos desconcierta, nos hipnotiza, nos maltrata, nos desgasta, nos vuelve completamente majaretas hasta perder la sana cordura. Pero nos encanta. Lo deseamos con todas nuestras fuerzas. Y de eso se encarga de recordasnolo los libros, las películas, las canciones, la publicidad, nuestros amigos, familiares e incluso, desconocidos. Está en todas partes aunque creamos q se ha olvidado de nosotros. Omnipresente y omnipotente, no es Dios, pero casi. Hay algo tan simple y tan verdadero como el ALL YOU NEED IS LOVE. Pues claro q no. En esta ocasión, es una historia ficticia, con Londres como telón de fondo pero podría ser cualquier ciudad del mundo y te podría estar sucediendo a ti. Porque todos, absolutamente todos, caemos en sus garras.

Imagen: Cara Mavromitas (es una artista de 9 años q ha dado su visión del amor, Ole Cara: I´m so proud of you. Thanks a lot, love u so much!)
pAT