lunes, 8 de junio de 2009

LA IMPORTANCIA DE SER UN ÍDOLO: OASIS

Oasis se tambalea en las fronteras entre lo divino y lo humano. Sucedió el pasado 4 de junio en su ciudad natal, Manchester, ante la atenta mirada de 70 mil personas, que ansiaban que los hermanos Gallagher la montaran de nuevo. Y, sin hacer uso de su mala fama, así lo hicieron.

Tras 7 horas de espera, viendo pasar a grupos como Kasabian, que en esta ocasión le tocó el papel de telonear al mito; el viento empezó a azotar las inmediaciones de Heaton Park, donde más de la mitad de los asistentes habían consumido una media de 5 pintas, cuando los chicos malos del Brit Pop hicieron su entrada triunfal con Rock ´n` Roll Star. Pero no fue necesario que Liam se aquejara de su garganta o mantuviera un enfrentamiento con su hermano Noel para desaparecer del escenario; la culpa la tuvo el generador de electricidad que dio problemas al principio y terminó por reventar cuando se disponían a acabar Layla (segundo tema del setlist). Volvieron a esfumarse y durante 40 minutos se escucharon abucheos y reclamaciones del público. Nada serio, porque ya se sabe que los ingleses no son precisamente los más entregados a las emociones, a pesar de alcanzar las más altas cuotas de ebriedad del planeta.
Pasado ese tiempo, disculpándose y prometiendo la devolución del importe del ticket (50 libras), dijeron que desde ese momento el concierto era gratis. Tocaron alguna que otra canción del último álbum, que es el que precisamente da título a la gira, “Dig out your soul” (“Desentierra tu alma” ) Pero éste último disco no ha supuesto más que un batacazo para los mancunianos en toda la meteórica carrera que les llevo a colocarse muy cerca de los cuatro fabulosos de Liverpool, así que en directo decidieron recurrir a la artillería pesada: Slide Away, My Big Mouth, The Masterplan, Cigarrettes & Alcohol, Wondewall, Live Forever (que hasta entonces había sido descartada de todos los conciertos del tour), Morning Glory, Supersonic, Don´t Look Back In Anger, y así hasta un total de 24 canciones completaron el setlist.
He de decir que el grupo británico careció de la fuerza que les había convertido en grandes; ni la actitud arrogante de Liam, ni la genialidad de Noel convencieron y, la vieja gloria de los 90 iniciaba así su decadencia. Lo confirmaron muchos de los espectadores, entre los que había mayores de 60 y menores de 10, cuando dieron la espalda al gigante pop y se marcharon.
Pero la gota que colmó el vaso fue la despedida. Anunciaron cuál sería su última canción mientras los primeros acordes de I Am the Walrus empezaban a sonar (bien conocida es su obsesión por los Beatles). Y desde luego, no mentían. Desaparecieron para no volver sin dar la oportunidad de alabar o demandar otro tema. Y es que la importancia de ser un ídolo reside, quizás, en no proclamarse vencedores sin haber terminado la partida.

Y el video que os dejo no es un directo del éste ultimo sino del 96. Cuando estaban en plena batalla con Blur por obtener el trono del Pop Británico. Entonces yo tenía 13 años y solo los conocía de oídas.