Preguntas y respuestas. Más preguntas que respuestas, la verdad.
¿Podría alguien calcular la cantidad aproximada de interrogantes que internamente o en voz alta nos hacemos diariamente? Thanks God, la mayoría son dudas tontas como donde pusistes ese algo que nunca usastes pero que hoy justamente necesitas o que es eso que tienes que hacer pero que has olvidado por completo.

Aunque todo se complica cuando aparece esa clase de pregunta que desgraciadamente no tiene una respuesta instantánea. Y mira por donde, la mayoría están relacionadas con el futuro o el amor.

¿Y qué le voy a hacer si el pasado nunca vuelve? ¿Y si el futuro está en el aire?... Éstas dos pertenecerían a el primer grupo.

Luego nos encontramos con las del tipo ¿Y si nunca le llego a gustar?, ¿Y si no me responde? ¿Y si nunca llega la persona adecuada?...

Sobra decir que éstas últimas son las que equivalen a un millón de cualquiera de las anteriores, porque por supuesto nuestras mentes se encargan de darles la suficiente importancia como para que todo lo demás, y todo es todo, pase a un segundo plano. Por no decir, que entramos de lleno en el mundo de la inopia y los días pasan sin pena ni gloria.

Como dirían las abuelas y las madres, seguramente la solución esté más cerca de lo que parece. Pero es que estamos hablando del terreno sentimental, y si no complicásemos lo sencillo no tendría gracia.

Pasemos a la parte práctica. ¿Qué hacer en esos casos?... Pues lamentablemente no están en mí las respuestas.
Pero hoy me centraré en el famoso ¿y si no me responde? Gran culpa de esta pregunta la tienen los sms, con lo tranquilos que estábamos cuando no existían. Aunque por supuesto también están en el saco los mails, y el cara a cara, que a pesar de ser el método más directo, rápido, barato y que menos malosentendidos provoca, nadie usa.

Si le pides consejo a alguien, seguro que todo el mundo dirá que si te responde genial y que de lo contrario, esa persona no merece la pena. Pero es esto convincente para la persona que está esperando? No.

Si la respuesta nunca llega, la decepción y la desilusión entrarán de lleno en tus días...Pero ¿y si ese alguien te dice el sí más idealizado que hayas podido imaginar?
En ese caso (los menos siendo realistas) será todo tan diferente que sentirás que ha valido la pena esperar y pasar por tanto momento gris.

Y si a nadie le convence nada de lo que anteriormente he dicho, siempre puede tener como máxima la frase "Si puedes confiar en ti mismo, cuando todo el mundo duda de ti...".

lAuRa--