LOS CIEN PASOS

¿Cuántos pasos hay hacia la casa de tu asesino? En el caso de Peppino Impasatato, héroe revolucionario siciliano y luchador antimafia, había justo 100 pasos. Naciendo en el seno de una familia mafiosa se reveló desde bien joven contra ella, aún sabiendo que eso sería su sentencia de muerte. Pero eran los 60.

Nuevos aires de libertad se apoderaban del mundo. El extracto social temblaba y la música cambiaba.

Surgieron figuras y eventos que serán muy difíciles de igualar. Soñadores, patriotas del cosmos y campeones derrotados. Nadie sabía a lo que se enfrentaba, y puede que eso fuera lo exquisito. Ya no era la sociedad de la posguerra, sino la de los jóvenes que albergaban esperanzas, sueños imposibles y necesidad de cambio.

Fue la década de los hippies, de la espiritualidad oriental, del "Mayo del 68", del LSD, de la lucha por los derechos civiles, del Festival Woodstock, del verano del amor, de los Beatles, de la minifalda, de las revueltas estudiantiles, de las dictaduras, de las marchas pacifistas, de Eurovisión, de la llegada del hombre a la luna, de los mods y los rockers, de los guateques y un sinfín de cosas. Pero sobretodo, fue la década de lo efímero.

¿Por qué os cuento esto?. Porque estoy leyendo sobre ello. Sobre la música que se hacia por aquel entonces, ésa que no difiere casi nada de la que se hace actualmente, porque fue cuando se asentaron todas las bases de lo que conocemos hoy. Y entre todas las canciones, hay una que me ha trasladado al pasado, no a los 60, que esos quedan muy lejos. Es una balada muy especial, de una banda inglesa (como no podía ser de otra manera). Hacía tiempo que no la escuchaba. Desde que vi el biopic sobre la vida de Peppino Impastato, ´I cento passi´ (Los 100 pasos), cuando estaba en Italia, hace casi 4 años. Esta fue una de las películas que más me marcaron. Una de las escenas era acompañada por el “Whiter shade of pale” de Procul Harum que consiguió el número 1 en Reino Unido. En el videoclip aparece el Londres de 1967, el del verano del amor.

Es como si un montón de cosas que me encantan se hubieran unido para hacerme feliz, aunque solo sea por unos instantes. Y os aseguro que merece la pena. Como demostración a que una sabe saborear los buenos momentos, os regalo mi Londres, el que yo soñaba, el que me decepcionó y el que parece devolverme la ilusión. Había 100 pasos hacia la esperanza, yo llevo 99. Este “Whiter shade of pale” es para vos. Que me siento como en los 60!!!



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