LAS MIL Y UNA HISTORIAS Q NO NOS PERDEREMOS EN NUESTRA VIDA

En tardes de lluvia, decidimos recuperar a los viejos fantasmas del pasado. Cuando creíamos q pertenecían a otra dimensión, de repente nos damos cuenta q siempre han estado ahí. Pero no hablo de un fantasma cualquiera, sino de esa persona q nos marcará de por vida. Cierto es q existen muchas a lo largo de los años, pero por el momento es sólo una la q nos hace suspirar, la q ejerce un poder tal sobre nosotros q jamás podremos rechazar, a pesar de creernos orgullosos. Si nos pide q caigamos al abismo con él, sin duda alguna iremos tras él, pues la tentación está servida…
Desenterrar está vieja historia, nunca fue fácil para nuestros protagonistas, pero en mitad del Londres primaveral y con unas cuantas copas de más, todo es posible. Se sinceraron e hicieron resurgir, alguna de entre las cenizas, amores imposibles q la distancia y el desencuentro, hicieron de ellas su final. No importa q fueran hombres o mujeres, el caso es a la hora de la verdad, sentimos y pensamos casi de la misma manera.
Cuando el cielo se calmó, dejaron atrás su espíritu romántico y continuaron su camino hasta Brick Lane, parte del Londres decadente, donde artistas y personajes varios se suceden a la velocidad de las agujas del reloj. Ahí donde quizás las historias estén montadas en un bus de dos plantas, pidiendo un taxi o perdiendo el último tren de la noche. Historias q desaparecen cuando el termómetro desciende a -1Cº, historias q susurran entre la nota y nota de una canción o quizás escondida entre las líneas de una crónica.
Aparecen y desaparecen y de repente una tarde de marzo, resucita como si nada. Pensamos en lo maravilloso q fue ese momento y nos invade la nostalgia, e incluso la rabia por no poder recuperar esos instantes y más tarde, las volvemos a guardar en algún lugar en nuestra memoria para no hacerlas salir hasta dentro de un par de años. Nos convertimos sin más en amos y esclavos de nuestros propios fantasmas.

pAT