Nada que esconder

"Hay muchas cosas que no llegan a Londres". El asimilar ésta, una simple y clara afirmación, ya supone haber dado un salto importante. ¡Y todo un logro! Porque como todo ser humano, españolito en este caso, emigrado y haciendo vida en otro país, sabe perfectamente la larga lista de cosas que se echan de menos y que aquí escasean. El sol, una terracita con sus cañas (podrían valer las 'pints' en este caso) a las 2 de la madrugada, el tapeo o la zona de marcha donde un buen día se prohibiera el botellón son sólo algunas dentro de esa inmensa lista. Y no es ningún secreto. ¡Qué va! Ni bien ni mal guardado. Simplemente es uno de los tantos otros temas manoteados en cada uno de esos encuentros españolitos, éstos sí, 'pint' en mano. Pero seamos realistas (y por lo tanto nos irá mejor). ¿Acaso no nos enriquecen las 'rarezas' del país que nos acogen? ¿Acaso no nos dan temas de conversación para llenar la tarde, o para criticar, o para pegar un telefonazo a nuestro paisano y contarle eso tan... llámalo X... que hemos visto? O qué me dicen de poder presenciar (no es un testimonio de ninguna hija de la vecina, o la que vive en el quinto me ha contado) en pleno centro de Londres un desfile de cuerpos desnudos pedaleando una bicicleta. Creo que por una vez podríamos dar un respiro a esa ya tan manida lista de añoranzas para reírnos de la vida, y poder disfrutar de un desfile, en plena calle, a pleno medio sol, protagonizado por todo tipo de personas, edades, físicos, etc. "¿Y qué querían manifestar?" "¿Protestaban contra algo?" Y qué más da!! O mejor, ¿por qué tienen que protestar contra algo? Eso es lo enriquecedor. Y lo libre. Y lo que no es opresión.
Si alguna vez han pensado en lo genial, grotesco, divertido o nuestro amigo X que sería ir desnudo subido en una bicicleta por el centro de la ciudad... ¡Vengan a Londres! Y si quieren, no se traigan ropa. Eso sí, dejen en casa la casi rota lista de los "echo de menos". ¡Serán más felices!